Desde que era un niño, cada vez que bajábamos por la antigua
carretera hacia la costa granadina (ahora autovía), al pasar junto al embalse
de Béznar, me llamaba la atención una ermita blanca y pequeñita que se veía
arriba en la montaña presidiendo todo el Valle del Lecrín. Hace unas semanas
indagué para visitarla aprovechando que queríamos conocer un poco más aquella
zona, y me encontré que para subir sólo existe un sendero que zigzagueante nos
deja en esta bonita ermita.
Este día no estaba pensado para hacer ruta de senderismo,
más bien ruta de turismo comarcal por el Valle del Lecrín y Los Guájares. Nos introdujimos
en la zona por Mondújar, Lecrín, Murchas, Chite, todo esto de paso y al llegar
a Melegís, nos encontramos con un mirador bonito y muy curioso a la vez, ya que
entre el fantástico paisaje hacía el “Valle” y los pueblos de la zona, les
unimos una serie de asientos de todo tipo hechos de hormigón, pero decorados
como si fueran reales, así como otras obras de arte en las barandillas, que dan
un aire “diferente” a este lugar.
Pasamos el pueblo del Valle, siempre con unas vistas
preciosas al embalse y por fin llegamos a nuestro destino donde se encuentra la
buscada ermita; El Pinar.
Dejamos el coche junto a unos bonitos lavaderos públicos, y
aquí comienza la subida entre pinos, por un sendero que a cada vuelta del
zigzag que dibuja, nos sorprende con paisajes que se empequeñecen bajo nuestra
mirada, bueno todos menos la grandiosa Sierra Nevada, que frente a nosotros y
pese a estar cubierta por la niebla, es ella la que nos deja pequeños a nosotros.
Al llegar a la ermita, nos damos cuenta que es muy pequeña,
el blanco que se divisa desde lejos, no es solo
de ésta, es debido también a que los lugareños pintan de blanco la gran roca
donde está ubicada.
El Cristo del Zapato, es un cuadro que como todo lugar, está
ligado a leyendas e historias. Pero fuera de su valor artístico, religioso…el
lugar es también un gran balcón espléndido, sobre una comarca granadina, hacia
otras de esta provincia.
El descenso nos hizo reflexionar y es que el peregrinaje a esta ermita, sobre
todo de las personas mayores es duro, ya que el único acceso, es el que
nosotros tomamos aquella mañana.
Un rato de descanso, junto al lavadero, unas fotos y el tiempo
se nos fue de las manos. Era más tarde de lo que esperábamos para otras
visitas, así que aunque no desistimos en seguir hacia delante, sólo lo hicimos
como investigación de campo para otra oportunidad.
Tomamos una carreterilla que une por la “Sierra” a estos pueblos con los de los Guajáres. El mar se deja ver a lo lejos, dando a esta carretera un bonito recorrido.
Sólo hicimos una pasada por los tres núcleos, Guájar
Faragüit, Guájar Alto, y Guájar Fondón y aunque en otra ocasión estuvimos por
este lugar desconocido por tanta gente y tan bello, tampoco en esta nos pudimos
parar para conocer mejor la zona, cosa que queda pendiente y con ganas.
Bueno sin remedio sí tuvimos que parar, el paraje nos obligó
literalmente y nos sacó del coche para inmortalizarlo, una hermosa cascada que
se deslizaba desde gran altura hacía el río de la Toba , nos dejó un buen sabor
de boca y muchas, muchas ganas de volver por estos lugares.
Hola Miguel, que guapos habéis salido en la foto.
ResponderEliminarSi no dices que los asientos son de cemento, hubiera creído que eran de verdad, que bien dan el pego.
Un abrazo
Hola "Loco"...(broma)... como siempre, Bellas fotos con un texto rico en documentación y lleno de tu amor por la Naturaleza.
ResponderEliminarSabes???... ahora estoy yo haciendo "pinitos" senderistas por mi zona... jeje... pero yo no soy tan buen cronista como tú.
Abrazos.
del cristo del zapato por que hay que darle zapatilla pa subir ahí!! :) magnifico sitio, gracias por ponerlo por ahí :)
ResponderEliminarHola Miguel,enhorabuena por tu blog, es bueníiiissimo!!
ResponderEliminarAhí te dejo una frase de una canción de Lee Ann Womack: "No temas esas lejanas montañas, no te conformes con el camino fácil".
Lo mismo algún día nos cruzamos en el camino!!
Un saludo!! www.jowienruta.es