












El senderista loco (poema) "Senderista en tu demencia, ¿Qué buscas tras el sendero? Tras el sendero la cima, y el susurro del pájaro. Tras el sendero el valle, con el llanto del río. Tras el sendero el camino, con olor a sendero. Tras el sendero la flor, iluminando un destino. Tras la cima, la flor, el valle, tras el dulce despertar de un sueño, solo busco una cosa. Otro sendero." Miguel A. Cañada
Desde la Glorieta de Lola Torres, partimos tomando la carretera de Los Villares, un poquito antes de dejar la ciudad, compramos unos churros con los que tomamos fuerzas para el paseo que nos espera.
Pasamos por la Fuente de la Peña, antiguos lavaderos donde nuestras madres y abuelas tuvieron la necesidad de hacer uso de ellos cuando incluso no había agua corriente en las casas.
Un poco más adelante está la pequeña ermita del Cristo de Charcales, popularmente conocido en Jaén por el Cristo del Arroz.
Continuamos la marcha hasta las canteras del Cerro Almodóvar ya abandonadas y aprovechamos la pista de éstas, para ascender por el Cerro hasta una altura donde cogeremos un pequeño sendero que irá bordeando la montaña y nos dará vistas a la parte Sur de Jaén desde la entrañable Plazoleta del Alma, un pequeño llano entre majoletos, pinos y almendros, donde los niños del barrio comenzamos nuestras primeras aventuras de montaña, juegos, novillos...
Desde este bonito lugar, balcón que nos sorprende por estar frente al Castillo de Santa Catalina y a la izquierda la Catedral.
Ascendemos por un sendero bien marcado, hasta la Fuente de Pacarro, cerca del Collado que une el Almodóvar con el Cerro de la Mella.
En este lugar, comienza la niebla como habitualmente en las anteriores salidas a dar muestra de su persistencia, así que la ascensión la hicimos hasta el refugio que hay un poco antes de la cumbre.
Desde allí nos dejamos caer hacia la zona del Neveral cogiendo senderos que irán circunvalando el Cerro de Santa Catalina, dando vista al Jaén del otro lado del Castillo, las murallas, el Jaén del casco antiguo y por debajo las avenidas del moderno.
EL VÍDEO
Este sendero parte del área recreativa de Cuadros, uno de los lugares más bonitos del Parque Natural de Sierra Mágina. Desde este lugar son varios los senderos que podemos ver ; éste elegido fue una segunda alternativa, ya que de nuevo una batida de jabalís, nos hizo desistir del que realmente queríamos hacer.
La primera parte podemos comenzarla de dos maneras distintas: Una subiendo la pista forestal que sube al Caño del Aguadero (otro sendero de la zona) y otra recorriendo el pequeño sendero del Adelfal de Cuadros (uno de los adelfales más grandes de España y tal vez de Europa). Los dos se reúnen en un mismo punto al poco de comenzar.
Una vez dejado el río Cuadros, comenzaremos una subida en zigzag por las faldas del Carluco, hasta tomar una altura considerable en busca de la zona de las Viñas.
Curiosamente en la actualidad no hay viñas alguna, no obstante hasta hace un siglo era el cultivo habitual del lugar, desapareciendo por una plaga de filoxera.
Podemos afirmar, que la belleza de esta ruta está en las vistas del Valle del Río Cuadros, barrancos del Perú y el Mosquito por un lado y El Torcal de Torres, Serrezuela de Bedmar etc. por otro, pero la niebla en las alturas nos impidió hacerlo, no obstante disfrutamos de unos momentos mágicos como de bosques encantados esperando que en cualquier momento algún duende nos invitara a tomar parte de alguna aventura.
Comenzamos a descender hasta el abrevadero de la Fresneda y un poco más abajo llegamos al Torreón de Cuadros una torre vigía del siglo XI no exenta de leyenda como tantos lugares de esta Sierra.
Desde el Torreón hay un pasadizo que une éste con la Ermita de la Virgen de Cuadros, lugar de devoción y peregrinación de las gentes de esta tierra.
La leyenda sobre este torreón obliga a los lugareños a evitar utilizar el pasadizo de la ermita, aunque sea el más corto, e ir por el sendero exterior.
“En tiempos de la dominación árabe, los vigías hacían turnos en este torreón para vigilar Cuadros. Durante un ataque de los cristianos, un vigía árabe fue asesinado violentamente cuando intentaba avisar del altercado. Sus perseguidores le atraparon en el pasadizo, dónde lo degollaron y abandonaron el cadáver impidiendo que lo enterraran. Dicen que al cruzar el pasadizo un frío gélido y escalofriante te recorre el cuerpo, todo ello acompañado por el eco de los ruidos de la lucha y antes de volver el silencio, un grito desgarrador cruza la estancia.”
Seguimos descendiendo hasta la Ermita y desde allí a poca distancia nuestro lugar de partida.
Aprovechamos para seguir un antiguo sendero paralelo a la pista forestal causante de que se dejara este en desuso.
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La Pandera, es la cima más alta de la Sierra Sur de Jaén. En la parte más occidental, está el punto geodésico, junto a una cruz, con sus 1872 metros. Allí hasta hace unos años había una base militar de telecomunicaciones, hoy abandonada.
En los últimos años, este lugar se ha convertido en una de las etapas de montaña especiales de la Vuelta Ciclista a España.
Nosotros en esta ocasión, ascendimos a la parte oriental de esta gran montaña, La Peña del Altar (1818 m.) fabuloso y espectacular balcón a una de las zonas más bonita de esta Sierra, pudiendo divisar el pantano del Quiebrajano, Cruz de Chimba, Grajales, Palomares... y fuera de esta sierra, Mágina y Sierra Nevada. Claro está en días despejados, pues nosotros encontramos niebla, viento y frío, mucho frío.
La subida en esta ocasión, fue a través del sendero del Puerto de la Olla del Caño. Este sendero nos asciende por media montaña hasta el Puerto de la Nava o Llano de la Nava, lugar de pequeñas praderas y grandes quejigos que asombran encontrar en esta altura.
La última etapa, desde la Nava al pico de la Peña del Altar, cambia la vegetación ya escasa de alta montaña y se endurece la subida.
Una vez en la cima, fotos rápidas entre algunos claros de la niebla y descenso rápido, ya que el frío y el viento eran acusados y éste aumentaba la sensación térmica de las bajas temperaturas.
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Cuando nos sumergimos en el hermoso abismo de los libros, nuestra imaginación fluye entrelazando imágenes y palabras, dando vida a pers...