
Este sendero parte del área recreativa de Cuadros, uno de los lugares más bonitos del Parque Natural de Sierra Mágina. Desde este lugar son varios los senderos que podemos ver ; éste elegido fue una segunda alternativa, ya que de nuevo una batida de jabalís, nos hizo desistir del que realmente queríamos hacer.
La primera parte podemos comenzarla de dos maneras distintas: Una subiendo la pista forestal que sube al Caño del Aguadero (otro sendero de la zona) y otra recorriendo el pequeño sendero del Adelfal de Cuadros (uno de los adelfales más grandes de España y tal vez de Europa). Los dos se reúnen en un mismo punto al poco de comenzar.
Una vez dejado el río Cuadros, comenzaremos una subida en zigzag por las faldas del Carluco, hasta tomar una altura considerable en busca de la zona de las Viñas.
Curiosamente en la actualidad no hay viñas alguna, no obstante hasta hace un siglo era el cultivo habitual del lugar, desapareciendo por una plaga de filoxera.
Podemos afirmar, que la belleza de esta ruta está en las vistas del Valle del Río Cuadros, barrancos del Perú y el Mosquito por un lado y El Torcal de Torres, Serrezuela de Bedmar etc. por otro, pero la niebla en las alturas nos impidió hacerlo, no obstante disfrutamos de unos momentos mágicos como de bosques encantados esperando que en cualquier momento algún duende nos invitara a tomar parte de alguna aventura.
Comenzamos a descender hasta el abrevadero de la Fresneda y un poco más abajo llegamos al Torreón de Cuadros una torre vigía del siglo XI no exenta de leyenda como tantos lugares de esta Sierra.
Desde el Torreón hay un pasadizo que une éste con la Ermita de la Virgen de Cuadros, lugar de devoción y peregrinación de las gentes de esta tierra.
La leyenda sobre este torreón obliga a los lugareños a evitar utilizar el pasadizo de la ermita, aunque sea el más corto, e ir por el sendero exterior.
“En tiempos de la dominación árabe, los vigías hacían turnos en este torreón para vigilar Cuadros. Durante un ataque de los cristianos, un vigía árabe fue asesinado violentamente cuando intentaba avisar del altercado. Sus perseguidores le atraparon en el pasadizo, dónde lo degollaron y abandonaron el cadáver impidiendo que lo enterraran. Dicen que al cruzar el pasadizo un frío gélido y escalofriante te recorre el cuerpo, todo ello acompañado por el eco de los ruidos de la lucha y antes de volver el silencio, un grito desgarrador cruza la estancia.”
Seguimos descendiendo hasta la Ermita y desde allí a poca distancia nuestro lugar de partida.
Aprovechamos para seguir un antiguo sendero paralelo a la pista forestal causante de que se dejara este en desuso.
EL VÍDEO