miércoles, 30 de marzo de 2011

Barranco del Garbanzal

El Puerto de Tiscar, nos esperaba húmedo y ansioso por engullirnos bajo su niebla, nieve e incertidumbre. Allí comienza una ruta de las que nosotros denominamos “negra”. La primera vez que la hice, una equivocación sobre el mapa nos costó andar 29 Km., una ruta que ronda los 22 ó 23 ja ja ja. Esta segunda, conociendo ya el terreno, salimos con la seguridad de que el sendero era el acertado pero…

Bajo el Pico del Rayal, tras la explanada “helipuerto”, cogemos un sendero que nos dejará en la pista del Garbanzal. Estamos bajo la llamada cordillera de los Agrios, sus integrantes, El Rayal, Picón del Guante, Aguilón del Loco, picos con solera de estas sierras, deciden esconderse entre la niebla, sólo a veces, un manto de nieve, el ruido de cascadas, incluso alguna de ellas dejándose ver a lo lejos, entre esos velos de nubes bajas.


La casa forestal del Garbanzal, el barranco extremera, los grandes paredones, arroyos, pinos, todo va quedando atrás, comenzando a tomar altura y las temperaturas comienzan a bajar grados a la misma velocidad que nosotros ascendemos metros.




Ya cerca del Collado Zamora, allá donde enlazaríamos con un tramo del camino de El Chorro hacia el nacimiento del Guadalquivir, unos copos de nieve, primero pocos y tímidos, más tarde muchos y voluminosos, nos hacen detener y sopesar la situación.
La predicción del tiempo, disponía para este día, la apertura de grandes claros a lo largo de la mañana, hasta casi quedar despejado. Sigamos pues hasta Collado Zamora. Pero la nieve se espesaba como si desde el cielo, hubieran descargado toneladas de plumas frías sobre nosotros.
Justo a medio camino, la decisión fue volvernos por donde vinimos. Once kilómetros más fáciles por camino de bajada y llaneo, que los mismos, de subida por senderos algunos difíciles y pisando una nieve blanda y pesada.
Los del tiempo no se equivocaron, llegando de nuevo a la Casa Forestal del Garbanzal, se abrieron grandes claros en el cielo.
Veintitantos kilómetros a toda prisa y sin paradas, hizo que nos sobrara tiempo en esta aventura, y decidimos visitar un monumento natural que teníamos muy cerca, la Cueva del Agua en Tíscar, pero lo dejaremos para la próxima entrada de este loco blog.

jueves, 24 de marzo de 2011

VENTISQUEROS- PEÑÓN DEL ALMACÉN

 Cerca de la localidad de Valdepeñas de Jaén, en plena Sierra Sur, está el cortijo de las Ánimas, lugar donde comenzaremos esta preciosa ruta, salpicada de inconvenientes meteorológicos, que a veces nos impiden admirar el paisaje, otras lo hacemos con un encanto especial.
La niebla posada en las alturas de la Sierra de Ventisqueros, será conforme ascendemos, nuestra acompañante, que hará jugar al escondite una y otra vez, los maravillosos paisajes que nos deparan sus alturas.


Primeramente llegaremos a un lugar llamado collado del Hoyón de Malas Noches, hasta aquí, las encinas y los quejigos nos han acompañado, pero desde este lugar, el sendero se adentrará entre pinares, hasta dejarnos en el primer balcón de esta Sierra, el que nos acerca al Barrancón. Frente a nosotros hemos de suponer que se encuentra la Pandera, pero ésta  con su superioridad en altitud, estuvo eternamente dormida bajo el blanco manto neblino.



Seguiremos por la arista dirección de Sierra Bermejuela, hasta encontrar el sendero, que nos hará descender hasta uno de los lugares más bonitos de la Sierra Sur, el Puntal de Fuentefría o más conocido por el Peñón del Almacén.
Una vez en lo alto del Peñón, a capricho de la niebla, el Pantano del Quiebrajano y sus esmeraldas aguas, nos ensimismará la vista. También el sonido del agua esparciéndose entre rocas, nos dio la pista de que cerca habían chorreras y cascadas, en un desliz de las nubes, conseguí hacer una foto rápida, pero de poca calidad.


Desde el Puntal, nos dirigimos, hacia lo más alto de esta Sierra, el Pico de la Media Luna, pero la niebla ya nos había engañado, y subimos a su hermano gemelo, que sólo dista unos pocos metros menos.
El descenso lo hicimos entre quejigos centenarios, propios de esta zona de la sierra, intentando llegar al camino, ascendiendo por el Puerto de Navalayegua, que nos conducirá a nuestro lugar de partida el cortijo de las Ánimas



miércoles, 16 de marzo de 2011

Venta del Molinillo-Prado Negro

A unos pocos metros de la antigua Venta del Molinillo, comienza esta ruta del Parque Natural de la Sierra de Huétor.
Tras cruzar un gran arco de estilo árabe, tomamos el camino paralelo al arroyo de Prado Negro.
Un poco más avanzado el camino, el agua de este arroyo, retenida en una balsa para riego, nos sorprenderá con un color turbio pero mágico, debido a las copiosas lluvias de días anteriores.
Más adelante, encontramos el antiguo cortijo-palacio de la ermita de San Antonio, de estilo árabe, ahora enclave donde la Junta de Andalucía, está construyendo un centro de conservación de cría de especies de aguas continentales.
Seguiremos el camino  hasta los restos del cortijo del Despeñadero, donde hay un pilar de agua con la siguiente leyenda: “Bebemos agua en este pilarillo, en memoria de Manolo del Molinillo."
Este señor, fue un curandero muy venerado en la zona, conocido por el Santo Manuel del Molinillo.
Cerca de este lugar, nos desviamos del ya sendero, para introducirnos en una cerrada, en la que el arroyo se despeña en pequeñas y refrescantes cascadas.
Volviendo por el sendero, éste nos conducirá a los pies de la localidad de Prado Negro, pero antes el arroyo nos deleitara con otra bonita cascada.
Ya en la aldea, nos refrescamos en uno de sus mesones, con unas merecidas cervezas y tomamos fuerza con un sabio tapeo.
Una vez repusimos energías, tomamos la carretera asfaltada que nos conduciría al área recreativa de la Fuente de los Potros , pero a menos de un kilómetro de tomarla, nos desviaremos por otro camino que irá buscando, el cauce del inquieto arroyo de Prado Negro, el cual será nuestro compañero otra vez llevándonos a nuestro lugar de origen y destino.
  
   

Mis mejores momentos

EL TORRECILLAS

  Cuando nos sumergimos en el hermoso abismo de los libros, nuestra imaginación fluye entrelazando imágenes y palabras, dando vida a pers...